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viernes, 27 de febrero de 2009

Las incomprensiones de Imbroda

Dice Imbroda tras su último partido: "En 20 años nunca vi que señalaran cinco antideportivas", cualquiera pensaría que es un simple queja; pero, detrás de esta frase se recoge una clara muestra del baloncesto actual. ¿que quiero decir?


Veamos dos definiciones del DRAE:

intencionado: Que tiene alguna intención

Antideportivo:Que carece de deportividad


Bajo esto ocurre algunas situaciones paradójicas del Baloncesto actual:


- Nos encontramos con que en pro de evitar la violencia en el juego, se considera antideportiva, cualquier falta que no busque el juego directo del balón, en cambio es perfectamente posible abrirle la ceja a un adverario siempre y cuando nuestro primer contacto fuera al balón. Probablemente a pesar de tocar el balón recibiríamos una falta.

- Se considera que haces una antideportiva, cuando pretendes parar un contraataque yendo a por el balón, porque se da por echo que a esa velocidad pocas veces tocarás el balón.

- Asimismo la famosas luchas por el balón donde un montón de jugadores se van por el suelo, se solucionan con una flecha que marca a quien le toca el balón cada vez, y con considerar pasos el deslizarte por el suelo con el balón sin botar.


Así que nos encontramos con un Baloncesto marcado por el incremento de nivel físico de los jugadores y unas normas que pretenden hacer recaer en el árbitro la decisión de que faltas son antideportivas. En estas, además querer parar dos ataques te  pueden llevar a no acabar el partido, en cambio tres codazos en la lucha por el rebote, probablemente, no te acarrean ni siquiera que el equipo contrario recupere el tiempo de posesión.


Al mismo tiempo vemos, a mi entender peregrinas explicaciones de como pitar frente al teatro de la falta en ataque:



Me pregunto cual es el baloncesto que buscamos.


Me reconozco un antiguo que ni siquiera ha seguido la evolución de los sistemas de juego actuales, bases que desarrollan un sistema desde poste bajo, jugadores interiores con porcentajes de tiros exterior del 40%, Así como escoltas cuya finalidad es la defensa del mejor anotador contrario.

Supongo que es el cambio del tiempo,  de la misma forma que en los 80 el inicio del juego se hacía desde el punto donde más opciones de distribución de planteaban, y ahora buscamos decantar la defensa para superarla por velocidad de circulación de balón.

Así casi cualquier partido se convierte en un repetir de desplazamiento de defensas y búsquedas del continuo 2x1 o 1x0.


Añoro aquel baloncesto, simple que consistía y buscar el aro contrario y no situaciones de ventajas que nos permiten encontrar llegar al aro contrario.Ahora el alto nivel físico lleva a un baloncesto más veloz que nos permite anotaciones más bajas porque donde antes se conseguía superar a una defensa ahora te encuentras con un contacto seguro, que en la mayoría de las veces finaliza con la interceptación del balón por parte de la defensa.


Y me pregunto, si el nivel físico del jugador es ahora tan superior ¿hace falta llegar a la obsesión por evitar el llamado contacto antideportivo, ¿se puede considerar antideportivo parar un contraataque con falta?. En estos momentos, el baloncesto busca jugadores más fuertes fisicamente para un baloncesto, donde el contacto físico debe ser interpretado por los árbitros en cuestión de antideportividad, supongo que fundamentalmente porque es imposible decir que una falta no es siempre intencionada.Pero, ¿es alguna vez antideportiva?


¿no es todo esto más sencillo?, creo que ningún  jugadores de cualquier nivel, tiene problemas para distinguir cuando un contraataque se para de forma antideportiva, a las intensidades actuales hay cientos de contactos dentro de la zona, de mucha más violencia y carga física que el meter la mano al balón de un jugador en carrera, de la misma forma que el que un equipo finalice con 5 antideportiva debería significar que ese equipo hizo de todo menos jugar al baloncesto.


Quizás hay que reflexionar sobre el baloncesto actual, ir a la simplificación de los sistemas y normas en cuanto a primeras y segundas intenciones, abrir las posibilidades de juego en cada situación y evitar las situaciones repetidas en ataque donde sólo se basen en la superación mediantes condiciones físicas, y que el éxito del ataque se base en sorprender la percepción y decisión del adversario, independientemente de sus condiciones, físicas o técnicas, convertir el ataque en un arte, el arte de la prestidigitación.


Actualización: Jenaro Díaz da una opinión relativamente cercana a lo que expreso:

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