Entradas populares

jueves, 28 de julio de 2011

Ajusticiando inocentes

Como llevo más de un mes sin actualizar este blog, comenzaré diciendo que la noticia del día es que Roberto Herás ha sido exculpado de su sanción por Doping del año 2007, efectivamente la justicia ordinaria considera que hubo un error en la custodia y posterior análisis de la muestra B (contranálisis), y que por tanto no podía haber sido acusado y sancionado por Dóping.

Así de rarito soy, el día en que el juez sobreseyó las acusaciones sobre Marta Dominguez, sobre dopaje propio y ajeno, el día en que MARCA el mayor diario de tirada nacional, escribe una disculpa en su editorial por haber dudado de su inocencia, se me ocurre hablar de una noticia de hace más de un mes, y que para nada fue tan portada como el caso de Marta Dominguez, y que en su momento supuso un apedreamiento público de otro gran deportista español.

 

¿no hay culpables de doping en España? Probablemente sí, como he comentado en ocasiones anteriores, lo que no hay es una justicia deportiva real, no se actúa en el momento, no se juzga adecuadamente, y lo peor y van ya al menos dos operaciones sonadas fracasadas, no se investiga correctamente.
Pensar que la UCO no sabe investigar es como creer que la tierra es plana; ha demostrado que sabe hacer escuchas, que sabe remover el papeleo y que el nivel de conocimiento legal de sus investigadores es amplísimo, así como en materias fiscales, administrativas, etc…

¿por qué entonces cuando llega al deporte no obtiene el mismo resultado, primero porque seguramente en materia fisiológica y bioquímica del deporte, cuestión muy específica le falta expertos y no se ha apoyado en asesores externos. El doping es un ¿delito? que se lleva ejerciendo desde la época de la olimpiada griega sólo desde Sidney 2000 los atletas olímpicos en su juramento, se comprometen a no utilizar estas sustancias, y por otro lado, no se termina de tener claro cual es el límite para llamar a algo doping, dejémonos de historias el deporte profesional actual en sí, es un atentado contra la salud del deportista, ej. Rafa Nadal y sus declaraciones en Wimbledon.

Una escucha entre dos maratonianos amigos, hablando de su estado de salud, podría ser perfectamente posible oir la frase voy ahora a doparme, refiriéndose a irse a tomar el bocata de chorizo con el que se premia después de una sesión dura. El deportista, no está todo el día pensando en el doping, como se quiere hacer transmitir a la sociedad, no es un problema suyo, quien quiere y puede se dopa con farmacia de alto nivel y quien no puede con farmacia de bajo nivel, y la amplísima mayoría 999 de cada 1000 deportistas de élite incluidos el 99,99% de los primeros clasificados no se dopan. Así lo atestiguan el porcentaje inmenso de análisis realizados en la última olimpiada.

En opinión, el fracaso de las investigaciones y la aberración de inculpar inocentes sin prácticamente pruebas, que está sucediendo en el deporte, es consecuencia de lo que ocurre con la justicia deportiva, que generalmente enfrenta a instituciones causantes de las reclamaciones y los reclamantes, en un organismo dirigido por las propias instituciones, si una federación u organismo similar te acusa, sus propios jueces te juzgan y sus propias pruebas son las que te condenan, del mismo modo, el deportista o club siempre estará prácticamente condenado desde la acusación.