Está claro que la demanda de niños que quieren jugar al baloncesto, aumenta. Así que los clubes de cantera tenemos que incorporar más personal. El siguiente paso es que si bien la demanda de niños-jugadores quiere aumentar, los clubes si estamos en crisis, así que con nuestros limitados medios nos lanzamos al mercado a por entrenadores.
Y hasta aquí la primera parte del drama, la segunda parte habla del descalabro de equipos Senior que dejan colgados a un buen montón de entrenadores y que van buscando acomodo entre un lado y otro, ese acomodo aparece en las categorías de formación, pero en más de un caso a base de no rebajar al precio habitual su salario. Por lo que el precio de mercado del entrenador de escuela se incrementa.
Y ahora viene el club, que buscamos elevar el nivel de entrenadores de nuestras escuelas, y nos lanzamos al fichaje, total nos vemos en un mercado que agota entrenadores de nivel medio, que sube el precio para entrenadores de escuela, y que dificulta enormemente que clubes alejados de las grandes urbes completen su plantilla.Y donde quienes se mueven, dentro del mercado y de ciudad son los profesionales.
Así que en forma de curriculums pasan auténticos caramelos, no diria yo que envenenados, pero si que te producen un gran malestar cuando te ves incapaz tanto de poder acogerlos en tu grupo de trabajo, como de sentir un alto grado de impotencia cuando no puede encontrar más recursos que los limitados que tiene una cantera.
Salvo honrosas excepciones, yo disfruto de alguna de ellas, pocos patrocinadores valoran el apoyo a proyectos de base, plantean que el patrocinio de escuelas es una limosna, que la doy cuando puedo, y la filosofía del mecenas que devuelva a la sociedad algo de lo que recibe no cala entre el empresariado medio.Así que es imposible sacar petroleo de lo que es una piedra de granito.
Los club alejados de las grandes ciudades o tenemos al entrenador vocacional en la localidad que pringa porque esto le gusta o nos es tremendamente gravante el contratar entrenadores, nadie palmaría dinero por hacerse entre 40 a 100 kilómetros diarios por entrenar a unos chavales, y pagar un sueldo que compense eso, equivale a proponer vivienda y comida a cualquier entrenador.
Este último caso estoy yo ahora, intentando conseguir un entrenador que quiera aprender a ser experto y pagarle 500 Eurazos, o bien localizar un entrenador con experiencia que me ayude a formar al cuerpo técnico y llevarso un sueldo de 1.000 euros.
Mi reflexión es ¿entonces lo pequeños pueblos deben negarse a tener una estructura seria de entrenadores? ¿deben vivir del altruismo de los que haya en la zona, y si no los hay desaparecer?
En todo caso te dejo a tí el desafio si quieres entrenar a dos equipos la próxima temporada: n yo@sabinero.com
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