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miércoles, 14 de mayo de 2014

Sobre hacer política en el siglo XXI

Algunos dicen ser de izquierdas cuando su posicionamiento es de extrema izquierda, de esa manera, en su visión, el centro derecha es derecha y todo lo demás extrema derecha.

Reconocerse de extrema izquierda 'no mola', eliminas a la parte principal de tus posibles votantes, aquellos que no quieren reconocerse como proletariado. La extrema izquierda nunca defendería a las clases medias, aquellas que en el siglo XVIII Y XIX podríamos vincular a la burguesía y profesionales liberales.

La clase media nunca fue de izquierdas, hasta el siglo XX donde determinados posicionamientos sociales son más propios de la izquierda y centro-izquierda clásicos.

En España 'somos mucho' de sentirnos clase media, y curiosamente, muchos que se enclavarían en media-alta, presumen de ser clase obrera, y defender la lucha de clases.

Cada uno debe saber, que es, y ser coherente con lo que defiende y como vive. No se puede 'vivir como un marqués' y pensar que se es obrero. Y no se puede defender a la izquierda y tratar a tus obreros como esclavos.

La derecha tiene mucho complejo a ser de derechas, porque parece que ser derechas es ser racista, homófobo y especulador acérrimo. El racismo no tiene ideología, en el siglo XX el posicionamiento en la derecha tiene más que ver con la primacía de la visión económica que con el posicionamiento social.

Hemos evolucionado lo suficiente para determinadas cuestiones ya estén superadas, y aunque algunos se olviden ya vivimos en el siglo XXI. Ya sabemos la importancia de la mujer en la sociedad, que sólo hay una especie humana sobre la tierra, y que lo que haga una central nuclear en Pekín, afecta a la salud y expectativas de vida de un egipcio. Todo eso ya lo sabemos, no podemos seguir con los objetivos de la Revolución Industrial.

Igualmente gran parte de la derecha española, considera un enemigo a la clase media, a la que 'proletariza', así poderla incluir en el bando contrario. (dejo al margen la discusión de si en el siglo XX es posible plantear un enfrentamiento entre clases como forma lógica de gobierno)

Últimamente es muy moderno llamar a los partidos políticos otra cosa, no reconocerse como tal, ser político es malo, eres el coco. Antiguamente el partido nacía de un manifiesto y un ideario, desde ahí se trabajaba por su relevancia, ahora se quiere partir de un puesto o cargo y desde ahí defender lo que toque en su momento.

Curiosamente mientras el ideario y los principios pierden importancia, queremos tener claro si somos de izquierdas, de derechas, de arriba o de abajo. Por supuesto, acabando en el definir buenos o malos según las cercanías a nuestro posicionamiento, el cual por no definirlo, nos podemos permitir modificarlo según el interés de poder. Mientras tanto, los que pelean en buenos y malos, comparten casi al dedillo objetivos e intenciones.

En definitiva, la coherencia en tu actitud y actividad política, parte de los principios e ideales que dices defender, en un mundo como el que vivimos, puedes tener claro lo que defiendes y por lo que luchas, dudo mucho que eso se sitúe en un espectro político localizado. El 'Veganismo' político creo que no existe.