Juntos y Revueltos

Intentando ser rigurosos, con el objetivo de este blog, vamos a partir de un problema local para conseguir una solución global. Y esto viene a cuento, por comentar la situación de la competición de baloncesto, en la delegación a la que pertenece el club en el que trabajo.

Para algunos compañeros de fuera les sorprenderá saber que Galicia, baloncestísticamente hablando, se divide en 7 "provincias" asimétricas. Vamos lo que viene a ser todo un reflejo de aquellos aburridos debates sobre las autonomías y la asimetría. En este caso la asimetría responde a cuestiones históricas, o semi-geográficas, antes que a razonamientos de distribución de competición o recursos. Ver: (Antiguo artículo sobre estadísticas de las zonales de Galicia).

 

Dificil solución se plantea al desaguisado actual, donde la unificación por provincia crea un desequilibrio proporcional donde el 50% del territorio recoge a más del 70% de los participantes. Pero buscarle solución, es cuestión de quienes asumen la dirección de las entidades responsables, y si no cada uno para su casa.

Lo cierto es que, aunque a todas luces, la distribución territorial de la competición ya muestra una dificil estructura, aún más complejo es un sistema de competición basado en repartir equitativamente los derechos de competición, por encima de número de participantes, nivel de competición, etc... ; donde claramente, es perjudicial el disponer de un gran número de participantes.

En el caso de nuestro delegación zonal, La Coruña, con más de un 20% de las licencias de toda Galicia, este fin de semana presenta un calendario donde no se llega a la veintena de encuentros. ¿Cómo es posible? Pues como apunta alguno de los bloggers de la zona, por una estructura de competición organizada en forma de pirámide invertida.

Tradicionalmente, el sistema de competición planteaba una forma de rampa, donde el nivel de competición iba en ascenso, el problema que plantea Galicia, es que determinados clubes se encuentran muy por encima del resto, por número de licencias, equipos, organización, etc... Algo que en todas partes ocurre, y más en comunidades con un único equipo ACB. Por lo que sea, la decisión en Galicia fue intentar convertir la competición autonómica en un coto semi-cerrado de donde siempre al menos los primeros equipos de estos clubes en cada categoría esté presente.

Así pues la preferencia organizativa es esta competición y su acceso, y marca el devenir de las competiciones zonales, muy devaluadas por otra parte, al no tener ni la más mínima presencia de los mejores equipos en las mismas. Por otro lado, cualquier jugador que en su ansia, o la de sus padres, está el mostrarse en la competición de élite, sabe que sólo en uno de los "grandes equipos" tiene opción a participar.

De este modo nos vemos con que en el mes de Noviembre no existe competición zonal infantil, cadete, Junior. Es decir las tres grandes categorías de la formación, optan a competir a un máximo de 7 meses, reduciéndose en la mayoría de los casos a sólo 5.

Queda al margen, el método de cobro de arbitrajes que comienza en el mes de noviembre sin que se haya puesto en marcha la competición, pero sobre el dinero, desde el método FEB de prorrateos, y sus cuotas cuatrimestrales, es normal que se herede.

Creo que la reflexión es clara, los sistemas de competición de una federación, deben estar ajustados a la realidad de los clubes, y no a la inversa. Es decir, a una pretemporada en Agosto y Septiembre y una competición de Octubre a Mayo y una postemporada en Mayo-Junio. Por lo tanto, no es de recibo inventar nuevos calendarios de competición, que por otra parte no responden al curso académico.

Un buen sistema de competición, debe responder a una distribución racional de equipos, no es posible que una misma categoría reuna en una zona a 20 equipos y sólo 6 en otra, o si se quiere mantener otro criterio, no se puede permitir que un equipo se desplace 5 kilómetros para disputar cada partido y otro dispute la misma competición con desplazamientos de 100 Kilómetros I/V.

La competición debe además mantener una formato contínuo que no cambie cada temporada, de forma que permite, y más en etapas de formación una visión a largo plazo de la planificación de trabajo de los técnicos.

Y por último, y enlazando con la distribución racional, cada equipo que al final compita contra otro, de la misma zona, provincia o comunidad, debe llegar con similares méritos contraidos, no se pueden dar casos de participantes en una final donde uno haya disputado 30 partidos y otro 12.

Todo se enlaza en un único criterio justicia deportiva, y toda vez que un sistema presenta lagunas deficitarias en este aspecto es que es una mala decisión directiva y una dañina herramienta de trabajo.

• Ajuste a la planificación del club


• Realidad geográfica


• Distribución racional de equipos


• Formato constante


• Igualdad de mérito

Pueden definirse como los criterios de organización de una competición, quizás queda para un próximo trabajo el valorar cada sistema en base a la puntuacion obtenida en estos criterios y estudiar cuales son los valores mínimos exigibles en cada uno de ellos. Quizás para otro capítulo.