La actualidad deportiva actual, tiene un conjunto de desagradables noticias, que merecen una reflexión:
Compra de partidos y apuestas (La voz de galicia)
Los nuevos formatos de competición, hablaban de una champions y un europe league, más abierta, más mercado, más televisión... y más corrupción, 1 millón de euros para Liverpool, Madrid, Milán, etc... no puede llevar a la tentación a ninguno de estos clubes por KF Tirana (Albania) por ejemplo el PIB de 200 habitantes, o sea practicamente todo el club. O por otro lado, si para llegar a ese millón necesitas ofrecer 300.000 al JKF de no se qué república baltica, pues se hace y se consigue llegar a la champions, y eso lo sabem las mafias que usan las apuestas para el blanqueo, o para ganar dinero directamente, comprar a cualquier club de esos es barato, y te permite limpiar otros negocios.
Que esto ocurra, no es raro, lo que es indignante es que la UEFA al plantear sus competiciones no se dé cuenta que el fútbol actual donde equipos de 300M € se enfretan a equipos con menos de 6M€ de presupuesto, es el caldo de cultivo perfecto para estas cuestiones.
El doping otra vez (La voz de galicia)
Cuando la diferencia entre malvivir de un deporte o ser el ciclista mejor pagado de tu país, está en 15.000 o 20.000 € y saber que durante un año puedes tener un problema cardiáco, cuando esa es la diferencia entre que tu hija esté en el mejor colegio, en tener 200 metros de chalet o 70 metros de piso de VPO, quien no se juega una apuesta. El ciclismo es sintomático, un ciclista profesional puede ser un mileurista, en cambio un podium del tour te abre una autopista de publicidad, contratos y entrevistas. Y detrás farmaceúticas que puedan dar rienda suelta algún que otro stock molesto, porque quieran reconocerlo o no, son medicamentos caros y de muy baja rotación, y tal como indica la noticia, ya no es un mercado de élite profesional, incluso en el amateurismo se están dando casos. Y aunque no lo diga la noticia, reflexiono si en el deporte de base el resultado deportivo, debería ser un condicionante para alcanzar determinadas subvenciones.
Y no nos vamos a otros deportes, como el Mountain Bike, deportes extremos donde puedes llegar a tener que pagarte tus gastos o tener un contrato publicitario.
A lo mejor el problema no el doping, no es la ambición desmedida de algún deportista, a lo mejor es que el deporte no puede ser fuente de desigualdades tan aberrantes en las mismas categorías. En otras palabras, quizás el fallo está en organizaciones, federacione y entidades que incumplen su primera obligación: la organización de unas competiciones equilibradas y justas.
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