20 Años…vaya pasada…Cuando
he leído hoy la entrevista a Pepe Barber sobre el aniversario del “Villa de
Agüimes”, no pude más que emocionarme.
Mucho le debo a Agüimes de mis tiempos universitarios, aquella escuelita en la playa de Arinaga, me hizo descubrir un mundo que pensaba sólo de películas.
La escuela de Vela de Arinaga, me regaló amigos para toda la vida, me regalo casi lo que es mi vida hoy en día.
De haber llegado allí, casi por casualidad, gracias Cristina por llevarme, mi forma de ver la vida, cambio por completo al subirme por primera vez a un barco.
Y de aquellas aventuras la más eterna, la que aún perdura es el “Villa de Agüimes”. Esa pequeña “revolución” de que un bote de fuera de Las Palmas de Gran Canaria pudiera competir.
Aquel bote que nació revolucionario, porque debía ser más el casco de un crucero que el de un bote tradicional, con una velas “elvstrom” importadas. Todas aquellas locuras que hacían de Toy Hernández, ese tipo curioso, imaginativo, y por qué no algo alocado.
Pero eso ilusión por la vela, nos la contagió a muchos, y consiguió convencer a Pepe Barber, que consiguió convencer a D. Antonio, el alcalde.
Alguna Universidad debería hacer un estudio de como algo “tan malo” como el viento exagerado que se aguanta en Arinaga, el ayuntamiento de Agüimes, lo convirtió en todo un branding : “Agüimes, Viento en Popa”…no sé de quien fue la idea, pero el Nobel del Marketing lo merece ya.
Aquel “Agüimes, Viento en Popa” aunaba progreso, naturaleza y deporte”….y nos juntó en un bote, a la tripulación más novata de la historia de la Vela Latina, incluyendo mujeres, novatos y un patrón que nunca había navegado en botes, aunque casi olímpico.Año 1995!
Y sí, como dice hoy en
su artículo Barber, batimos el record de trabucadas, y las que evitamos en el
último momento, la de entradas en el boyón de la campana que hicimos sin sacos
de lastres, o bien porque los perdíamos, o bien porque Toy decía que nos
sobraba peso y ahí que iban los sacos al fondo del mar.
De aquel tiempo no
guardo ni una sóla foto, o miento, miles de ella en la memoria, de los
almuerzos antes de la regata, de la emoción de la primera salida, que casi
trabucamos por primera vez, de los días de entrenos entre semana, porque era un
bote que entrabamos, y como no de los días que ayudamos a construir el primer
bote, y de aquella presentación frente al ayuntamiento, un día soleado y con la
tele presente.
De aquel tiempo los
campamentos de verano, la escuela de Taliarte, “El pensamiento estratégico en
la Vela Latina”…sigo creyendo que D. Pepe Moreno, me debe una matrícula de
Honor…la maestría de Vela…y en el recuerdo el seguirme sintiendo regatista.
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